Sunday, June 20, 2010

De Corpiño a Brassier

Cumplir treinta es particularmente como cumplir cualquier edad, al menos eso debería ser para todos los animalitos de la creación.
Sin embargo, hoy, a escasos días de ese aniversario, me enfrento a cuestionamientos trascendentales: ¡¡No hay vello donde antes sí había!! (todo gracias a las técnicas dolorosas que me hacen ser "bien mujer").

Antes que acepte la pérdida del cuerpo infantil y asuma la consiguiente adquisición del cuerpo adulto mandando a la basura mis corpiños, estaré formulándome mi propia filosofía de vida, como cuando Jesús se preparó para su crucifixión o como cuando Bill Gates desarrolló su más grande éxito millonario.
Posiblemente me encuentre a la mitad de mi existencia y lo que haga será determinante para mis próximos 30 años finales. No obstante, los cambios que me han sacudido hasta este punto me han ubicado en una recta numérica en el 0. Hubo un reset en mi vida pero forzado con ctrl+alt+supr. Necesito formularme teorías, llenar vacíos temporales, revisar pragmáticamente las consecuencias de lo vivido... sí, necesito una espada del augurio o un León-O.

Ya lo vi y todo es como una escena de flash dance bailando con calentadorcitos.

Labels: